Marzo 2017, Edición 114 4 de octubre de 2017
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La isla de Malta, gobernada desde 1530 por los caballeros de San Juan de Jerusal�n, cay� bajo dominio brit�nico en 1797. Durante estos a�os, la unidad de cuenta hab�a sido el escudo, compuesto de doce taris, y cada tari de veinte granos.
Las monedas espa�olas de plata y las portuguesas de oro fueron comunes en el comercio brit�nico y en las propias islas durante el siglo XVIII, donde recibieron una valoraci�n constante con respecto a la moneda esterlina, a pesar de las alteraciones que se produjeron en su peso o en su ley. A finales del siglo, dada la escasez de moneda en circulaci�n debida a la guerra sostenida con Francia, se orden� en 1797 y 1804 el resello y la reacu�aci�n masiva de reales de a ocho. En cuanto a los resellos privados, en Escocia se conocen 60 contramarcas, en Inglaterra 5 y en Irlanda 2.
Por Ricardo M�ndez Barozzi
Luego de la Revoluci�n del 25 de mayo de 1810, movimiento de los sectores liderado por el regimiento de Patricios, que depusieron al virrey Cisneros, al considerar cesada la autoridad que �l representaba, conformaron la Primera Junta, la cual qued� bajo la presidencia de Cornelio Saavedra, estableciendo un grupo de secretarios y vocales. No obstante, reconocieron la fidelidad al rey Fernando VII, cautivo en Bayona.
De todos es conocido el capital papel que la moneda espa�ola tuvo en la econom�a a nivel mundial en la Edad Moderna. No podemos olvidar que la Monarqu�a Hisp�nica fue la uni�n monetaria y fiscal m�s grande conocida por la Historia, y que otros imperios que le sucedieron, como el brit�nico o el franc�s, no fueron capaces hasta muy entrado el siglo XIX, y en algunos territorios no llegaron ni siquiera a conseguirlo, de dotar a sus colonias de un numerario uniforme, dependiendo en muchas ocasiones del batido muchos a�os antes a nombre de los monarcas hispanos o del nuevamente acu�ado por las nuevas rep�blicas hispanoamericanas.
Para aquellos lectores que nos siguen desde febrero de 2011, fecha de inicio de �Numism�tico Digital� en la Red, quiz�s les suene este art�culo. Efectivamente, fue el primero de una larga serie de magn�ficos art�culos debidos a uno de los mejores comunicadores numism�ticos que no se dedican a la docencia universitaria, Rafael Tauler Fesser. Con el visto bueno del autor rescatamos de la hemeroteca de �ND� todos sus art�culos, con el fin de que las nuevas generaciones de miles de lectores que se han sumado a lo largo de estos a�os puedan gozar tambi�n de la did�ctica forma de conocer el mundo de la moneda a trav�s del buen hacer de Rafael Tauler Fesser.
La escasez de moneda propia en Brasil oblig� a las autoridades portuguesas a autorizar la circulaci�n de la moneda espa�ola en el territorio. Seg�n Beltr�n, la acu�aci�n de moneda en Brasil fue muy tard�a, por lo que se recurri� al cambio directo y al uso de las monedas de las Indias espa�olas o metropolitanas, con resellos no s�lo de autorizaci�n, sino de elevaci�n de su valor.
La isla de Tahit� fue descubierta por Pedro Fern�ndez de Quir�s en 1606, y en el siglo XVIII fue visitada por algunos navegantes europeos, como el brit�nico Samuel Wallis o el franc�s Louis Antoine de Bouganville. La Corona espa�ola, tras tener conocimiento de estos viajes y los de James Cook, con el fin de evitar el establecimiento en la Polinesia de otras potencias occidentales y para evangelizar a la poblaci�n, tom� posesi�n en 1772 de la isla, que recibi� el nombre de Amat, en honor del virrey del Per� Manuel Amat y Junyent.
Por Terrence Campbell, Gainesville Coins Traducci�n del ingl�s Mar�a C. G�mez, Gainesville Coins
A muchos coleccionistas de moneda estadounidense les interesan los �Benjamins�. Normalmente, cuando uno se refiere a Benjamin Franklin, lo hace en referencia al papel moneda de 100 d�lares, convertido en un �cono de la cultura popular americana, consumo conspicuo, y el estilo de vida de los nuevos ricos. Sin embargo, como un coleccionista �vido, cuando yo pienso en �Benjamins� lo que viene a mi mente es el medio d�lar Franklin.
Por Ricardo M�ndez Barozzi
A continuaci�n les presento un sucinto an�lisis aproximativo de la expansi�n bizantina y su desarrollo a trav�s de la Numism�tica durante los diez siglos de la �poca Medieval, comenzando con el periodo temprano del a�o 498 al 717 y finalizando con el Imperio restaurado y la dinast�a de los Pale�logos, de 1261 1 1453 con la ca�da de Costantinopla.
El Archipi�lago de las Marianas, junto con los de Palaos y las Carolinas, formaron parte desde el siglo XVI de la Capitan�a General de Filipinas y del Virreinato de Nueva Espa�a. Visitadas por primera vez por Fernando de Magallanes en 1521, fueron bautizadas como �Islas de los Ladrones�. La ocupaci�n efectiva del archipi�lago comenz� el 15 de julio de 1668, con la llegada de una expedici�n de jesuitas que se estableci� en Aga�a, y recibieron su nombre actual en honor de Mariana de Austria, la esposa de Felipe IV. Desde este momento hasta su venta en 1899 a Alemania su patr�n monetario fue el hisp�nico.
Por Terrence Campbell, Gainesville Coins Traducci�n del ingl�s Mar�a C. G�mez, Gainesville Coins
Dentro la rica historia de la acu�aci�n de las monedas norteamericanas, el �Morgan Silver Dollar� (D�lar Morgan de Plata) es, quiz�s, la moneda m�s famosa. Su �nico rival ser�a el �Lincoln Penny� (Centavo de Lincoln). El dise�o neocl�sico del Morgan es inequ�voco y lleva el estilo greco-romano que lo caracteriza como moneda norteamericana del siglo XIX. La moneda ha sido el foco de innumerables coleccionistas desde esa �poca.
A diferencia de los grandes imperios de su entorno, como China o la India, una de las caracter�sticas del actual territorio vietnamita desde finales del primer milenio de nuestra Era fue su abundante producci�n tanto de oro como de plata, as� como su extendido uso monetario. A pesar de ello, se vio inundado como sus vecinos en la Edad Moderna por la plata procedente del Jap�n y, muy especialmente, de las Indias espa�olas, lo que produjo numerosas crisis monetarias, a pesar del estricto control de sus autoridades. Vietnam fue, asimismo, el primer reino de Extremo Oriente que acu�� oficialmente un d�lar, real de a ocho, en 1832.
El Mar Rojo fue una arteria vital para la llegada de la plata espa�ola a los mercados de Oriente, por la que flu�a gracias al comercio del caf� centrado en el puerto yemen� de Moca, el mayor exportador de este producto entre los siglos XV y XVII y punto de control del Imperio Otomano para el cobro de los tributos del tr�fico en este mar. Procedente de este �ltimo y de Persia, la mayor parte de esta plata acababa siendo acaparada por el Imperio Mongol de la India.
La Mitolog�a y la Moneda
Por Jos� Alberto Jim�nez Peris
Inici� con esta primera entrega una serie de art�culos dedicados a la Mitolog�a de la Grecia cl�sica en la moneda, partiendo de los or�genes de las luchas intestinas de los moradores del Olimpo, la creaci�n de los seres humanos, su desarrollo, la creaci�n de la H�lade y la consecuci�n econ�mica que lleva a la utilizaci�n de los recursos de metales preciosos en la consecuci�n de la moneda.
Existe en la historiograf�a china un debate abierto sobre el posible impacto que pudo tener el coyuntural descenso en la recepci�n de plata procedente de las Indias espa�olas como factor desencadenante o coadyuvante en la ca�da de la dinast�a Ming. La plata espa�ola hab�a sido un importante factor para la mercantilizaci�n de su econom�a y la base de su sistema fiscal, con lo que su escasez, combinada con una serie de desastres naturales y con las revueltas campesinas interiores, habr�a favorecido la conquista de China por los manch�es de la dinast�a Qing.
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